Ideas para despertar la imaginación en un verano a la luz del sol y las pantallas (o un verano con y sin pantallas).
*Por Fabio Tarasow
Diciembre es ese mes en el que las agendas de los adultos estallan: fiestas, balances de fin de año, cierres laborales, compras, eventos de cierre de mamis y papis... Pero, de manera inversamente proporcional, las agendas de los chicos se vacían. El cole termina, las actividades extracurriculares hacen una pausa y, de repente, el tiempo libre se extiende frente a ellos ad infinitum. ¿El resultado? ¡Muchas pantallas! Sucede que ese tiempo se llena sin mucha planificación, con varias horas frente a las pantallas. Y aunque pueden ser una gran herramienta, también pueden ser una trampa. Ya lo sabemos, por eso vale la pena pensar algunas estrategias.
Jonathan Haidt, en su libro "Generación Ansiosa", habla sobre el cambio que hemos vivido de una infancia basada en el juego a una infancia basada en las pantallas. Los adultos de hoy crecimos en una era donde el tiempo libre era sinónimo de salir al aire libre, armar castillos en la tierra, andar en bicicleta o inventar juegos con amigos. Lo importante no son las acciones en sí mismas sino que esas acciones promovían habilidades sociales, creatividad y, sobre todo, contacto con el mundo real y las frustraciones y peligros implicados.
Pero en la actualidad maduró esta nueva dinámica: la infancia de las pantallas. Teléfonos, tablets y consolas se convirtieron en el sinónimo de los momentos de ocio de chicos y adolescentes. En este cambio no solo nos privamos de hacer ciertas cosas sino que también tiene implicancias en la conformación de la personalidad. Según Haidt, una infancia mediada por pantallas tiende a fomentar el aislamiento, la dependencia de la aprobación virtual (likes, comentarios) y la reducción de la creatividad al consumo pasivo. Escrolear y escrolear…
¿Qué podemos hacer? La respuesta no está en demonizar las pantallas o ni prohibirlas por completo. La clave está en buscar un equilibrio, en encontrar formas de enriquecer ese tiempo frente a dispositivos y complementarlo con experiencias reales.
¿Cómo hacerlo?
1. Acciones concretas en el mundo real
Introduzcamos en el universo de los chicos palabras y elementos como aguarrás, barniz, thinner, tornillos phillips, rosca de ¾ etc., etc. A nosotros adultos tampoco nos vendría mal el mandala de lijar y barnizar como en Karate Kid. O sea, propongamos proyectos que involucren producciones tangibles. Hagamos “cosas”. Hasta quizás podemos hacer que Papá Noel traiga un destornillador eléctrico. El hábito no hace al monje pero con el instrumento en la mano vamos a encontrar muchas cosas que arreglar en la casa.
2. Nuevos usos para las pantallas
No podemos hacerlas desaparecer (ni creo que eso sería positivo) pero podemos proponer que se usen para hacer cosas interesantes, y que la interacción sea un uso valioso por ejemplo:
- Usar herramientas digitales para hacer una gran historia que cuente a la familia lo que aprendieron en el año.
- Crear una canción original o con la ayuda de la IA que de cuenta de lo relevante del año.
- Preparar una cápsula del tiempo digital con imágenes, sonidos y canciones que representen el 2023.
- Recopilar las frases más graciosas de los audios familiares recibidos este año.
Eso sí, es importante limitar la circulación de esos productos al ámbito familiar. Evitemos que los adultos mayores orgullosos suban estos contenidos a sus muros de Facebook con comentarios como "¡Miren lo que hizo mi genio de nieto!" 😉.
3. Aprender algo nuevo en familia
Los chicos están usando las pantallas para aprender todo el tiempo. Enseguida saben ir a buscar videos que les explique sobre juegos o temas que les interesan. Pero podemos hacer un twist y abrirnos la puerta del aprendizaje a toda la familia. Puede ser la receta de una torta o un postre, una manera de doblar distinto la ropa. Pero si vacacionan en un país en el que se habla otro idioma, pueden inscribirse en aplicaciones como Duolingo y convertir el aprendizaje en una aventura divertida para toda la familia. Intenten conversar durante la cena en ese nuevo idioma; los errores serán parte de la diversión. Y comer sushi sazonado con palabras en japonés o feijoada con palabras en portugués puede crear recuerdos inolvidables.
Y como si esto fuera poco...
Por suerte no tenemos más excusas para quedarnos sin propuestas. Si nos quedamos sin ideas, podemos estimular nuestra imaginación y recurrir a herramientas como Chat GPT para que nos ayuden a generar listas de proyectos, juegos y actividades. La idea no es eliminar las pantallas, sino darles un sentido diferente: convertirlas en un medio para crear, explorar y aprender.
Imagen generada con nightcoffee IA generativa:
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El texto de la nota Querido papá Noel: ¿Puede ser que me hayas traído un destornillador eléctrico? de Proyecto Educación y Nuevas Tecnologías se encuentra bajo licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License. Nota disponible en: https://flacso.pent.org.ar/novedades/opinion/querido-papa-noel-puede-ser-que-me-hayas-traido-un-destornillador-electrico